jueves, 21 de enero de 2016

"EL MUNDO ESTA LOCO, LOCO, LOCO"

Estimados amigos:

                Les escribo en un verano en que las vacaciones son muy cortas, en que nuestro Presidente está en Davos en medio de una movida rueda de reuniones, en que la Argentina está cambiando a un ritmo que uno no hubiera imaginado antes del 10 de diciembre, hace un mes y pocos días, en que el crudo sigue cayendo por debajo de los 30 dólares el barril, en que la nafta cuesta más, en dólares, en la Argentina que en los Estados Unidos, en que para un consultor es evidente el nuevo interés que concita nuestro país a pesar de sus no pocos problemas, en días en que podemos ir nuevamente al banco y decir “quiero comprar unos dólares” y no lo miran a uno con cara de que haya aterrizado de otro planeta. Y en que nuestro frágil Planeta Tierra ha sufrido en 2015 el año más tórrido de los últimos tiempos.

                La economía china ha puesto el freno, el bloque de los BRICS, que parecía un serio competidor de los países más desarrollados, muestra graves trastornos en Rusia y en Brasil, nuestro socio natural. Es decir que hay que barajar y dar de nuevo, y justamente, la sociedad argentina, sobre todo por motivos internos, ha decidido barajar y dar de nuevo. Y el actual gobierno, pero no sólo él, sino los más lúcidos líderes de la oposición también están justamente en eso: en barajar y dar de nuevo. Valga para muestra un botón: la foto de Sergio Massa junto al Presidente Mauricio Macri en Davos.

                Los argentinos, que tenemos infinidad de defectos (pregunten sino a nuestros vecinos), somos buenos para adaptarnos a los vientos de cambio, parte de los cuales hemos generado, parte de los cuales los aporta el complejo panorama mundial. Uno tiene la sensación, hablando con los conductores de taxi, o ayer con quien cargó nuestro tanque de nafta en la estación de servicio, que viendo mi nombre en la tarjeta, me dice: “¡Hay que ayudar a Mauricio!”, uno tiene la sensación les decía, que nuestro país con sus recursos y sobre todo con su gente -ustedes- con su poder de adaptación a causa de todo lo que hemos vivido, está en un momento especial; un momento en que no importa el calor, las vacaciones más cortas. El ojo de nuestra política exterior en la región está ahora mirando seriamente hacia el Pacífico, sin olvidar el Atlántico ni el Mercosur. No es un giro copernicano pero es una apertura mental muy grande. China y la India, a pesar de sus tropiezos  seguirán siendo mercados con los que la Argentina puede intercambiar más de lo que hoy intercambia. Y en el Pacífico están también Chile, Perú y Colombia, y Nueva Zelanda y Australia, y  Japón, Singapur y Malasia.

                Está claro que nuestro comercio exterior post-cepo no se va a convertir de la noche a la mañana en algo tan diferente. Faltan nuevas rutas carreteras, fluviales y ferroviarias, una aduana con menos quioscos y una parte de la industria que ha venido gambeteando la eficiencia en muchos de sus protegidos sectores que deberá “ponerse las pilas” como dicen los chicos, entrar de una vez por todas en el siglo XXI. Pero hay una voluntad y una dirección colectiva muy manifiesta.

                ¡Parece, amigos míos, el momento de poner manos a la obra!

                Un muy cordial saludo,

                               Mauricio López Dardaine
                               Estudio López Dardaine