martes, 18 de septiembre de 2018

¿Liberalización del comercio intra-regional?”


“¿En qué situación está la región [nuestra  América Latina y el Caribe] respecto de la liberalización del comercio intra-regional?”

Esta es una de las profundas preguntas que se formula el recientemente concluido informe del BID, coordinado por Mauricio Mesquita Moreira: CONECTANDO LOS PUNTOS - UNA HOJA  RUTA PARA UNA MEJOR INTEGRACIÓN DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE”. He leído este trabajo con enorme interés, posiblemente porque tuve oportunidad de sentarme en el “next room” y más de una vez en la misma mesa de negociaciones representando al sector privado; en el marco de la ex ALALC primero, en la ALADI y el Mercosur desde entonces, pasando por el ALCA y sin olvidar una de las más interesante negociaciones de los noventa, la del acuerdo MERCOSUR-CHILE. Ayer tuve la suerte de asistir, como parte de los eventos del T20 (el think-tank del G20) a la presentación de Mauricio Mesquita, en el ex Correo Central. Uno sabe que a nosotros nos cuesta mucho salirnos mentalmente del vertiginoso día a día argentino. Esa gran dificultad de ocuparnos del futuro es una de las causas  subyacentes de la dificultad que tenemos como sociedad para forjar un futuro que no se trunque luego de un arranque promisorio de unos pocos años.
Pero más allá de nuestras fronteras, el futuro no se detiene. Los mega acuerdos de comercio internacional van mucho más allá de nuestro fragmentado “spaghetti-bowl”[1]regional. Es ésa una de las razones de este estudio que comentamos. El trabajo está en Internet para aquellos que se animen a dedicarle el tiempo que se merece; unas horas a no dudarlo. Quizás signifique sacrificar ver un par de capítulos de la última serie de Netflix. Les aseguro que vale la pena.
Para los muy ocupados les traigo aquí algunos de los párrafos que me resultaron más relevantes -una elección muy difícil en este caso-

Mauricio López Dardaine

Resultado de imagen para imagenes del spaghetti-bowl

“¿En qué situación está la región [nuestra  América Latina y el Caribe]
respecto de la liberalización del comercio intra-regional?”
De: Conectando los puntos, BID, coordinado por Mauricio Mesquita Moreira

“Si excluimos aquellos acuerdos que cubren menos del 80% de los productos, actualmente hay 33 ACP vigentes (ACP, de aquí en adelante: Acuerdos Comerciales Preferenciales o de Preferencias [esencialmente arancelarias]) que vinculan a los países de ALC (ALC, de aquí en más América Latina y el Caribe), incluidos los cuatro bloques originales analizados anteriormente. Esta red de acuerdos cubre las relaciones bilaterales que dan cuenta de aproximadamente el 85% del valor actual del comercio intra-regional, del cual casi la mitad se produce dentro de los cuatro acuerdos originales (MCCA, MERCOSUR, CAN y CARICOM[2]).
“La otra mitad está conformada por ACP bilaterales o plurilaterales que incluyen aquellos que conectan a México y Chile con otros países de ALC y países miembros del MERCOSUR y de la CAN. Si bien está fragmentada y, en su construcción, no hubo grandes esfuerzos por coordinar o sincronizar los cronogramas de liberalización, esta red fue muy efectiva para desmantelar las barreras comerciales tradicionales al comercio intra-regional… el proceso de reducción de aranceles finalizó, o finalizará en el transcurso de los próximos años, tanto en términos de proporción de líneas arancelarias como de proporción del comercio cubierto. Esta amplia cobertura y su avanzado estado de implementación refuerzan el argumento anterior respecto de que todas estas décadas de fragmentación dejaron una plataforma sólida sobre la cual ALC puede realizar un intento por integrar completamente el mercado regional. Si la región está tan cerca de liberalizar el comercio intra-regional, los objetivos de la ALALC, que alguna vez fueron considerados idealistas, se convierten de pronto en una propuesta realista. Sin embargo, al mismo tiempo, es importante no subestimar este desafío. Hay al menos dos brechas importantes que cubrir: las brechas relacionadas con los bienes, los servicios y las inversiones, y las de las relaciones.
En atención al tiempo de cada uno de ustedes salto hacia algunas de las principales conclusiones:
En una economía mundial cada vez más dominada por mega-economías y mega-acuerdos, pero que también enfrenta el desafío de una reacción proteccionista, el mosaico de pequeños ACP intra-regionales de ALC le deja pocas alternativas a la región: o bien estos ACP adquieren una masa crítica económica o enfrentarán una muerte lenta o, lo que es peor, se tornaron irrelevantes. Si los Gobiernos de ALC quieren aferrarse a sus objetivos de integración regional, la respuesta es la convergencia.
“A diferencia de lo que ocurrió con las iniciativas anteriores, la región ahora tiene un contexto político favorable y un punto de partida ventajoso: casi el 90% del comercio intra-regional ya se encuentra libre de aranceles. La pregunta candente es, no obstante, cuál será la mejor manera de crear un TLC panregional. Aquí es donde más entra en juego la capacidad de aprender de los errores del pasado.
“Este informe no subestima las restricciones políticas del presente desafío. Analiza distintas rutas alternativas hacia la convergencia, dándoles a los gobiernos la posibilidad de elegir el itinerario más apropiado para sus circunstancias particulares. Pueden asumir un enfoque más cauteloso, paso a paso, empezando por ampliar la acumulación de RoO [se refiere a los diferentes regímenes de orígenes que forman parte de los acuerdos estudiados y la acumulación de condiciones de origen] entre los acuerdos existentes, para luego unir los eslabones sueltos en estas relaciones. Alternativamente, pueden elegir una vía sin escalas hacia un TLC-ALC [un Tratado de Libre Comercio – América Latina y el Caribe]. Dadas las experiencias que ha tenido la región con las uniones aduaneras, las instituciones supranacionales y disciplinas muy complejas, las recomendaciones apuntan a una zona de libre comercio estándar, basada en una arquitectura intergubernamental y centrada en los bienes y servicios como un primer paso. En el espíritu de un «acuerdo vivo», otros temas, como la propiedad intelectual, disciplinas laborales o el medio ambiente, también se pueden considerar, una vez que ya estén sentados los pilares para establecer de manera sólida un área de libre comercio de bienes y servicios regional. Dicho acuerdo también tiene que incluir un capítulo amplio sobre facilitación del comercio, que no sólo comprenda aquellas medidas relacionadas con las aduanas, sino también mecanismos que sean capaces de minimizar los costos de transporte y de transacción, como las normas técnicas, las medidas fitosanitarias y la logística. Si bien los esfuerzos para racionalizar estas medidas y promover su armonización no necesariamente dependen de un acuerdo comercial formal, esta plataforma representa una oportunidad inigualable para facilitar la coordinación y hacer cumplir los compromisos que ya están incluidos en una serie de iniciativas subregionales relacionadas con la infraestructura y la facilitación comercial…”

[1] Se denomina desde tiempo atrás “spaghetti-bowl” al conjunto de acuerdos entre los países de nuestra América, base del trabajo que aquí comentamos. Pero no solamente a este abigarrado conjunto de acuerdo.“La expresión inglesa es atribuida a Jagdish Bhagwati. El tono peyorativo de la frase spaghetti bowl se debe a que según su mentor y una pléyade de seguidores, la proliferación de tratados de libre comercio tiene un efecto atomizador y por ello compromete la fluidez del comercio internacional y luego la competitividad de las actividades económicas con incidencia sobre la producción de transables.” De un artículo de Marcelo Halperín.

[1] MCCA, Mercado Común Centro Americano; CAN, Comunidad Andina de Naciones; CARICOM, Comunidad del Caribe. Desde ya todos saben que MERCOSUR significa Mercado Común del Sur (que fue la aspiración de sus creadores allá por principios de 1991).







[1] Se denomina desde tiempo atrás “spaghetti-bowl” al conjunto de acuerdos entre los países de nuestra América, base del trabajo que aquí comentamos. Pero no solamente a este abigarrado conjunto de acuerdo.“La expresión inglesa es atribuida a Jagdish Bhagwati. El tono peyorativo de la frase spaghetti bowl se debe a que según su mentor y una pléyade de seguidores, la proliferación de tratados de libre comercio tiene un efecto atomizador y por ello compromete la fluidez del comercio internacional y luego la competitividad de las actividades económicas con incidencia sobre la producción de transables.” De un artículo de Marcelo Halperín.
[2] MCCA, Mercado Común Centro Americano; CAN, Comunidad Andina de Naciones; CARICOM, Comunidad del Caribe. Desde ya todos saben que MERCOSUR significa Mercado Común del Sur (que fue la aspiración de sus creadores allá por principios de 1991).