“¿En qué situación está la región [nuestra América Latina
y el Caribe] respecto de la liberalización del comercio
intra-regional?”
Esta es una de las profundas
preguntas que se formula el recientemente concluido informe del BID, coordinado
por Mauricio Mesquita Moreira: CONECTANDO LOS PUNTOS - UNA
HOJA RUTA PARA UNA MEJOR INTEGRACIÓN DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE”.
He leído este trabajo con enorme interés, posiblemente porque tuve oportunidad
de sentarme en el “next room” y más de una vez en la misma mesa de
negociaciones representando al sector privado; en el marco de la ex ALALC
primero, en la ALADI y el Mercosur desde entonces, pasando por el ALCA y sin
olvidar una de las más interesante negociaciones de los noventa, la del acuerdo
MERCOSUR-CHILE. Ayer tuve la suerte de asistir, como parte de los eventos del T20
(el think-tank del G20) a la presentación de Mauricio Mesquita, en el ex
Correo Central. Uno sabe que a nosotros nos cuesta mucho salirnos mentalmente
del vertiginoso día a día argentino. Esa gran dificultad de ocuparnos del
futuro es una de las causas subyacentes de la dificultad que tenemos como
sociedad para forjar un futuro que no se trunque luego de un arranque
promisorio de unos pocos años.
Pero más allá de nuestras
fronteras, el futuro no se detiene. Los mega acuerdos de comercio internacional
van mucho más allá de nuestro fragmentado “spaghetti-bowl”[1]regional.
Es ésa una de las razones de este estudio que comentamos. El trabajo está en
Internet para aquellos que se animen a dedicarle el tiempo que se merece; unas
horas a no dudarlo. Quizás signifique sacrificar ver un par de capítulos de la
última serie de Netflix. Les aseguro que vale la pena.
Para los muy ocupados les
traigo aquí algunos de los párrafos que me resultaron más relevantes -una
elección muy difícil en este caso-
Mauricio
López Dardaine
“¿En qué situación está la región [nuestra América Latina
y el Caribe]
respecto de la liberalización del comercio intra-regional?”
De: Conectando los puntos,
BID, coordinado por Mauricio Mesquita Moreira
“Si excluimos aquellos
acuerdos que cubren menos del 80% de los productos, actualmente hay 33 ACP vigentes
(ACP, de aquí en adelante: Acuerdos Comerciales Preferenciales o de
Preferencias [esencialmente arancelarias]) que vinculan a los países de ALC
(ALC, de aquí en más América Latina y el Caribe), incluidos los cuatro bloques
originales analizados anteriormente. Esta red de acuerdos cubre las relaciones bilaterales que dan cuenta de
aproximadamente el 85% del valor actual del comercio intra-regional, del cual
casi la mitad se produce dentro de los cuatro acuerdos originales (MCCA,
MERCOSUR, CAN y CARICOM[2]).
“La otra mitad está
conformada por ACP bilaterales o plurilaterales que incluyen aquellos que
conectan a México y Chile con otros países de ALC y países miembros del
MERCOSUR y de la CAN. Si bien está fragmentada y, en su construcción, no hubo
grandes esfuerzos por coordinar o sincronizar los cronogramas de
liberalización, esta red fue muy efectiva para desmantelar las barreras
comerciales tradicionales al comercio intra-regional… el proceso de reducción
de aranceles finalizó, o finalizará en el transcurso de los próximos años,
tanto en términos de proporción de líneas arancelarias como de proporción del
comercio cubierto. Esta amplia cobertura y su avanzado estado de implementación
refuerzan el argumento anterior respecto de que todas estas décadas de fragmentación dejaron una
plataforma sólida sobre la cual ALC puede realizar un intento por integrar
completamente el mercado regional. Si la región está tan cerca de liberalizar
el comercio intra-regional, los objetivos de la ALALC, que alguna vez fueron
considerados idealistas, se convierten de pronto en una propuesta realista.
Sin embargo, al mismo tiempo, es importante no subestimar este desafío. Hay al
menos dos brechas importantes que cubrir: las brechas relacionadas con los
bienes, los servicios y las inversiones, y las de las relaciones.
En atención al tiempo de
cada uno de ustedes salto hacia algunas de las principales conclusiones:
“En
una economía mundial cada vez más dominada por mega-economías y mega-acuerdos,
pero que también enfrenta el desafío de una reacción proteccionista, el mosaico
de pequeños ACP intra-regionales de ALC le deja pocas alternativas a la región: o bien estos ACP
adquieren una masa crítica económica o enfrentarán una muerte lenta o, lo que
es peor, se tornaron irrelevantes. Si los Gobiernos de ALC quieren aferrarse a
sus objetivos de integración regional, la respuesta es la convergencia.
“A diferencia de lo que
ocurrió con las iniciativas anteriores, la región ahora tiene un contexto
político favorable y un
punto de partida ventajoso: casi el 90% del comercio intra-regional ya se
encuentra libre de aranceles. La pregunta candente es, no obstante, cuál
será la mejor manera de crear un TLC panregional. Aquí es donde más entra en juego la capacidad de
aprender de los errores del pasado.
“Este informe no subestima
las restricciones políticas del presente desafío. Analiza distintas rutas
alternativas hacia la convergencia, dándoles a los gobiernos la posibilidad de
elegir el itinerario más apropiado para sus circunstancias particulares. Pueden
asumir un enfoque más cauteloso, paso a paso, empezando por ampliar la
acumulación de RoO [se refiere a los diferentes regímenes de orígenes
que forman parte de los acuerdos estudiados y la acumulación de condiciones de
origen] entre los acuerdos existentes, para luego unir los eslabones
sueltos en estas relaciones. Alternativamente, pueden elegir una vía sin
escalas hacia un TLC-ALC [un Tratado de Libre Comercio – América Latina y el
Caribe]. Dadas las
experiencias que ha tenido la región con las uniones aduaneras, las
instituciones supranacionales y disciplinas muy complejas, las
recomendaciones apuntan a una zona de libre comercio estándar, basada en una
arquitectura intergubernamental y centrada en los bienes y servicios como un
primer paso. En el espíritu de un «acuerdo vivo», otros temas,
como la propiedad intelectual, disciplinas laborales o el medio ambiente,
también se pueden considerar, una vez que ya estén sentados los pilares para
establecer de manera sólida un área de libre comercio de bienes y servicios
regional. Dicho acuerdo
también tiene que incluir un capítulo amplio sobre facilitación del comercio,
que no sólo comprenda aquellas medidas relacionadas con las aduanas, sino
también mecanismos que sean capaces de minimizar los costos de transporte y de
transacción, como las normas técnicas, las medidas fitosanitarias y la
logística. Si bien los esfuerzos para racionalizar estas medidas y
promover su armonización no necesariamente dependen de un acuerdo comercial
formal, esta plataforma representa una oportunidad inigualable para facilitar
la coordinación y hacer cumplir los compromisos que ya están incluidos en una serie de iniciativas
subregionales relacionadas con la infraestructura y la facilitación comercial…”
[1] Se
denomina desde tiempo atrás “spaghetti-bowl” al conjunto de acuerdos entre los
países de nuestra América, base del trabajo que aquí comentamos. Pero no
solamente a este abigarrado conjunto de acuerdo.“La expresión inglesa es
atribuida a Jagdish Bhagwati. El tono peyorativo de la frase spaghetti bowl se
debe a que según su mentor y una pléyade de seguidores, la proliferación de
tratados de libre comercio tiene un efecto atomizador y por ello compromete la
fluidez del comercio internacional y luego la competitividad de las actividades
económicas con incidencia sobre la producción de transables.” De un artículo de
Marcelo Halperín.
[1] MCCA,
Mercado Común Centro Americano; CAN, Comunidad Andina de Naciones; CARICOM,
Comunidad del Caribe. Desde ya todos saben que MERCOSUR significa Mercado Común
del Sur (que fue la aspiración de sus creadores allá por principios de 1991).
[1] Se
denomina desde tiempo atrás “spaghetti-bowl” al conjunto de acuerdos entre los
países de nuestra América, base del trabajo que aquí comentamos. Pero no
solamente a este abigarrado conjunto de acuerdo.“La expresión inglesa es
atribuida a Jagdish Bhagwati. El tono peyorativo de la frase spaghetti bowl se
debe a que según su mentor y una pléyade de seguidores, la proliferación de
tratados de libre comercio tiene un efecto atomizador y por ello compromete la
fluidez del comercio internacional y luego la competitividad de las actividades
económicas con incidencia sobre la producción de transables.” De un artículo de
Marcelo Halperín.
[2] MCCA,
Mercado Común Centro Americano; CAN, Comunidad Andina de Naciones; CARICOM,
Comunidad del Caribe. Desde ya todos saben que MERCOSUR significa Mercado Común
del Sur (que fue la aspiración de sus creadores allá por principios de 1991).