Puede decirse que hacía mucho tiempo que no se veía un logro como el que vio la luz en París al cabo de esta COP 21, una Ciudad Luz sacudida hace tan poco por atentados siniestros.
Como creo mencioné días atrás, una buena negociación es aquélla donde a su término ninguno termina sintiéndose totalmente satisfecho; donde, como en este caso, cada Estado haya tenido que arriar alguna de sus banderas.
No hay duda que queda muchísimo por hacer. Pero el camino está trazado. Y existe voluntad política para recorrerlo.
Será bueno que nosotros, desde la sociedad civil no bajemos pues la guardia.
Mauricio López Dardaine
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