jueves, 27 de abril de 2017

China y el Cambio Climático

China lidera la lucha climática debido
a la postura de Donald Trump

POR EDWARD WONG

ABRIL 11, 2017

fUE MUY CLARA LA POSTURA DEL PRESIDENTE CHINO, xI jINPINg, EN ocasión dEL ULTIMO FORO DE DAVOS. nO HAY DUDA QUE EL DIAMETRAL CAMBIO DE POSTURA DE LA ADMINISTRACION DE LOS ESTADOS UNIDOS LE HA SERVIDO EN BANDEJA DE PLATA A CHINA UNA OPORTUNIDAD PARA TOMAR EL LIDERAZGO EN UN TEMA QUE A PARTIR DEL ACUERDO DE PARÍS HA PASADO A ESTAR HOY EN LO ALTO DE LAS AGENDAS DE LOS PAÍSES GRANDES, MEDIANOS Y PEQUEÑOS, DESARROLLADOS Y EN DESARROLLO. tAMPOCO PUEDE DEJAR DE TENERSE EN CUENTA QUE LA LETAL COMBINACIÓN DE EMISIONES CAUSADAS POR EL USO DEL CARBÓN CON EL SMOG DE LAS GRANDES URBES DE CHINA AMENAZA LA SALUD de su población Y PONE EN GRAVE RIESGO LOS PLANES DE CRECIMIENTO DE ESTA NUEVA ETAPA DEL GIGANTE ASIÁTICO.

MAURICIO LÓPEZ DARDAINE


Quizás no esté de más agregar ciertas cuestiones de orden estratégico que china ha decidido respecto de esta nueva etapa. Las tomamos del trabajo del BID-INTAL, sobre la relacion de china y latino américa, en la parte que desarrolló el director del INTAL, Gustavo Béliz. "LA NUEVA NORMALIDAD DE CHINA..." que contiene, entre otras, tres anotaciones interesantes:

  • tasa de crecimiento más moderada (en torno al 6%)
  • mayor apuesta a la innovación
  • corrimiento del foco de la producción al transporte
  • en otro cuadro de la misma parte del trabajo se ve cómo varios aspectos de esta apuesta a la innovación están muy vinculados con consideraciones de desarrollo sostenible.
  • es decir que en el momento de buscar hacerse de este liderazgo, china puede aprovechar la oportunidad, y ello porque "la nueva modalidad de china" -encuadrada en la cuidadosa planificación con que este país hace las cosas- tiene por necesidad (y forzosa convicción) un contenido importante de sostenibilidad.       mauricio lópez dardaine   

“El rechazo de [Donald] Trump a la acción reguladora sobre el cambio climático crea un vacío en el liderazgo climático global que China ahora puede aprovechar”, dijo Alex L. Wang, experto en medio ambiente de China de la Universidad de California, en Los Ángeles.


Actualmente China consume tanto carbón como todo el resto del mundo combinado.


Durante años, la administración Obama suplicó a China que se comprometiera a limitar el uso de combustibles fósiles para desacelerar los efectos globales del cambio climático.
El presidente Barack Obama veía como cruciales las promesas tanto de Beijing como de Washington: China es el emisor más grande de gases de efecto invernadero, seguido por Estados Unidos.
La firma del presidente Donald J. Trump de una orden ejecutiva, el 28 de marzo, dirigida a deshacer muchas de las políticas de cambio climático de la administración Obama invierte los papeles de las dos potencias.
Ahora, es mucho más probable que el mundo vea a China presionando a EE.UU. para que cumpla con sus compromisos y cumpla con la letra y el espíritu del Acuerdo de París de 2015, aun cuando Trump ha señalado que no tiene intenciones de hacerlo.
Incluso antes de la campaña presidencial del año pasado, Trump había llamado al cambio climático un engaño creado por China. También amenazó con retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París. Desde la elección de Trump en noviembre, las autoridades chinas han tomado el liderazgo en cuanto a instar a todos los países, incluido Estados Unidos, a que respeten sus compromisos en materia de clima.


China lidera al mundo en inversión en energía renovable.

Un retórico momento crucial llegó en enero, cuando Xi Jinping, el presidente de China, dijo en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, que el Acuerdo de París fue “logrado con mucho esfuerzo” y debería permanecer en vigor.
Y el 29 de marzo, un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores declaró en Beijing que todos los países del Acuerdo de París deberían “cumplir sus compromisos” y que China se apegaría a sus promesas “sin importar cómo cambien las políticas de otros países en materia de clima”.
La participación de China es crítica para los esfuerzos globales sobre el cambio climático. China consume tanto carbón como el resto del mundo combinado. La combustión de carbón, que es la esencia de las industrias de electricidad, acero y cemento en ese país, genera enormes cantidades de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero. Así que activistas ambientales y autoridades de todo el mundo dicen constantemente que China debe romper con su adicción al carbón.
Sin embargo, a diferencia de EE.UU., los líderes chinos afirman que es importante alejarse de las fuentes de combustibles fósiles. En 2013 China anunció políticas para limitar el uso de carbón en los tres centros poblacionales más grandes del país. Y científicos chinos también han dicho que los patrones meteorológicos del cambio climático se exacerban con el smog.
China está reduciendo el uso de carbón debido a sus costos letales para la salud humana, así como sus altas emisiones de carbono, y planea hacer la transición a fuentes de energía del mañana, más que del ayer”, dijo Isabel Hilton, fundadora de Chinadialogue, un prominente website que informa sobre cuestiones y políticas ambientales. “El presidente Trump parece decidido a revivir una fuente de energía del siglo XIX en lugar de buscar la promesa del siglo XXI”.
La retórica de Trump a favor del carbón podría resultar en que los intereses pro carbón en China se esfuercen más para presionar contra los límites del carbón. Pero en años recientes, el consumo de carbón en China disminuyó un poco, sorprendiendo a muchos analistas e investigadores.
La desaceleración económica de China —pasó de décadas de un crecimiento anual superior al 10 por ciento al 6.7 por ciento el año pasado— fue un factor importante. Las estadísticas dadas a conocer en febrero indican que el consumo general de carbón declinó el año pasado comparado con 2015.
China indica que para 2030, el 20 por ciento de su energía será solar y de otras fuentes renovables
En vista de tales cifras, los investigadores dicen que China podría alcanzar un pico en emisiones de carbono en 2025, cinco años antes de su meta establecida de 2030.
China también hizo promesas respecto del porcentaje de energía total que será generada por fuentes de combustibles no fósiles, que incluyen energía hidroeléctrica, nuclear, eólica y solar. Xi ha dicho que para el 2030, el 20 por ciento de la energía de China provendrá de tales fuentes. Los funcionarios chinos actualmente deben lidiar con el complejo problema de llevar a la red la energía generada por fuentes eólicas y solares.
“El rechazo de Trump a la acción reguladora sobre el cambio climático crea un vacío en el liderazgo climático global que China ahora puede aprovechar”, dijo Alex L. Wang, experto en medio ambiente de China de la Universidad de California, en Los Ángeles.
Un informe emitido en enero por el Institute for Energy Economics and Financial Analysis, con sede en Ohio, señaló que China era el líder mundial en inversión doméstica en energía renovable y sectores asociados de energía baja en emisiones, con 103 mil millones de dólares invertidos en 2015. Y China está llevando esa estrategia al mundo -el año pasado, invirtió 32 mil millones de dólares en grandes acuerdos extranjeros que involucran energía renovable-
“Mientras la administración Trump parece creer que la acción en materia del cambio climático es un derroche de dinero y amenaza a los empleos en Estados Unidos, China ve la inversión en acciones relacionadas con el clima como esencial para asegurar un futuro próspero y seguro para los ciudadanos chinos, así como una oportunidad estratégica para desarrollar y suministrar las tecnologías del futuro”.
Yufan Huang contribuyó con investigación de este artículo.



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