No obstante es difícil no pensar en el día después del Brexit sin acuerdo, del divorcio tan meneado entre el Reino Unido y la Unión Europea, del drama en ciernes para el pueblo irlandés en su conjunto.
El no-deal significa aranceles, medidas no arancelarias aplicadas a los productos de origen británico al cruzar el Canal de la Mancha, y para sus ciudadanos dejar a medianoche, como la Cenicienta, de ser ciudadanos de primera clase en los Países Miembros de la UE.
El fracaso reiterado vivido hoy en el parlamento en relación con el acuerdo, el salto al vacío... sin garrocha, nos hace poner la piel de gallina.
¿Habrá reacción antes de que suene la hora señalada?
Hacemos votos porque los brillantes -y tercos- oradores que escuchamos hoy, tengan un minuto de inspiración patriótica.
Mauricio López Dardaine
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