Reinventarse y sobrevivir
¿Cuál es el precio que se paga debido a la
resistencia a cambiar?
Hoy
vamos a Permitirnos salirnos apenas del tema que siempre nos convoca, el del
cambio climático, el comercio internacional y el desarrollo sostenible, aunque
releyendo el articulo que aquí les traemos, pareciera que hay más de una
conexión entre la resistencia al cambio y nuestra resistencia a hacer lo que
debemos hacer para frenar el calentamiento global, cuestión que está muy en evidencia mientras nos acercamos a una nueva conferencia de las partes (COP 21) que
tendrá lugar en muy poco tiempo en parís. AUNQUE Pareciera… parecería que
algunos jefes de gobierno han tomado conciencia al respecto ¿realmente?
El
caso de kodak que trata el artículo, que vivimos desde muy cerca cuando nuestro
estudio, allá por los ochenta, asesoraba a esta empresa pionera e inmensamente
creativa, es un modelo del riesgo que corre cualquier empresa líder en el mundo
de hoy.
recuerdo
al respecto cómo comenzaba el artículo de theodore levit escrito tiempo atrás “MARketing
myopia”, refiriéndose a como había muerto de manera similar el una vez prospero
negocio de látigos para conductores de diligencia… cuando se popularizó el uso
del automóvil.
no
es algo diferente a lo que ocurrió con el floreciente negocio de eastman kodak.
Aquí del famoso artículo de Theodore Levitt:
Aquí del famoso artículo de Theodore Levitt:
·
…”In truth, there is no such thing as a “growth
industry”, I believe.
There are only companies organized and operated to create and capitalize on
growth opportunities.
·
“Industries that assume themselves to be riding
some automatic growth escalator invariably descend into stagnation.
·
“The history of every dead and dying
"growth" industry shows a self-deceiving cycle of bountiful expansion
and undetected decay.
·
“There are four conditions which usually
guarantee this cycle:
“1. The belief
that growth is assured by an expanding and more affluent population.
2. The
belief there is no competitive substitute for the industry's major product.
3. Too much faith in mass
production and in the advantages of rapidly declining unit costs as output
rises.
4. Preoccupation
with a product that lends itself to carefully controlled scientific experimentation,
improvement, and manufacturing cost reduction”……….
CUESTIONES QUE NUNCA NINGÚN empresario debería perder de vista.
mauricio lópez dardaine
LA NACION
DOMINGO 27 DE SEPTIEMBRE DE 2015
En un mundo que avanza a ritmo
cada vez más acelerado, el desafío de adaptarnos aumenta y las consecuencias de
nuestra natural resistencia al cambio se hacen cada vez más notorias. En ningún
ámbito resulta esto tan claro como en el mundo de los negocios. Las personas
generalmente pagan un precio, pero no mueren producto de su resistencia a
cambiar. Algunas empresas, sí.
En la historia reciente quizá
el caso más emblemático sea el de Kodak. Nacida hace más de 130 años, Kodak fue
por décadas el líder indiscutido de la industria fotográfica mundial. Gozaba de
tal preeminencia en su mercado que parecía que nada podía hacerla tambalear.
Nada externo, claro. Sólo su propia incapacidad de cambiar.
Su modelo de negocio era vender
relativamente baratas las cámaras para ganar dinero a través de la venta de
rollos y su revelado. Sin embargo, el principio del fin comenzó por la llegada
del mundo digital. En 1975, alguien inventó el primer prototipo de cámara
digital. ¿Quién fue? ¡Un ingeniero de Kodak, por supuesto! Después de todo eran
los líderes mundiales, los más avanzados en esta industria en el mundo.
¿Quién se imagina ahora
esperando tres semanas para ver cómo salió la foto y pagando un alto precio antes
de saber si la imagen es buena? La baja radical en el costo de tomar
fotografías generada por la digitalización hizo que tomemos muchísimas más
fotos que antes, llevando a la fotografía a un nivel jamás antes alcanzado.
Pero ante esa innovación
tecnológica que desplomó la venta de rollos y revelado que generaban el grueso
de sus ganancias, Kodak eligió resistir: incapaz de transformarse, en este
momento de apogeo de la fotografía, fue viendo sus resultados menguar hasta que
en 2012 se presentó en bancarrota. Valuada en los años 90 en 30.000 millones de
dólares, hoy su valor no alcanza al 2% de aquel nivel. Gigantesca paradoja
generada por la dificultad de reinventarse.
Sin embargo, más recientemente
la digitalización generó un nuevo cambio: incorporando una cámara de razonable
calidad en cada celular, la era de las máquinas de fotos como un dispositivo en
sí mismo parece estar terminando. Igual que sucedió con Kodak, si ahora los
fabricantes de cámaras no aceptan reinventarse posiblemente sigan el mismo
camino.
El proceso de digitalización ha
ido produciendo efectos similares industria tras industria: Netflix arrasó en
pocos años con Blockbuster en la distribución de video; empresas como Apple o
Spotify hicieron lo mismo en el mundo de la música. Sin embargo, cuando nuevas
áreas se digitalizan, las empresas en esas industrias parecen no haber
aprendido la lección y repiten el error: ante el avance de la impresión 3D, los
fabricantes de ciertos bienes físicos fácilmente replicables por una de estas
máquinas intentan combatir legalmente la distribución de los modelos
tridimensionales que permiten a cualquiera fabricarlos en vez de buscar la
manera de adaptarse a esta nueva realidad.
De alguna manera, en nuestra
vida cotidiana vivimos el mismo fenómeno que estas empresas. En lo personal y
en lo profesional, el mundo digital nos invade: cambia la manera ideal de hacer
las cosas, altera nuestra manera de ganarnos la vida.
La difícil moraleja de esta
historia es que si alguien va a matar tu modelo de negocio (o, en el plano
individual, eliminar tu fuente de supervivencia) es mejor que seas vos mismo
quien lo haga. Con todo el dolor que implica dejar de lado la fórmula del éxitoque nos haya funcionado hasta
aquí, saber cuándo abandonarla, incluso a costa de perder en el corto plazo, se
convierte en la nueva clave de la supervivencia.
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