jueves, 27 de junio de 2013

Responsabilidad Social Empresaria Sector Alimentación - CSR in Food Sector

Transformación gradual de la agricultura

Y la Responsabilidad Social Empresaria del Sector de la Alimentación en la Argentina

Por Mauricio López Dardaine

El 26 de junio tuve la suerte de asistir a la Primera jornada de Responsabilidad Social en el Sector Alimentario, organizada  por COPAL[1] y la Sociedad Argentina de Nutrición en la Universidad Católica Argentina. Aparte de la excelente organización y calidad de las exposiciones, este encuentro tuvo la virtud de partir del muy sólido presente de un sector clave para el desarrollo de nuestro país, y mirar hacia el futuro.

Para ello hubo de combinar, y trasmitir al público, en lo que radica uno de sus mayores logros, una serie de elementos que confluyen en esta fuerte apuesta a un futuro de progreso: la diversidad productiva y territorial del sector, el creciente enfoque en la Responsabilidad Social Empresaria del mismo, el trabajo conjunto con las áreas afines del gobierno, la cooperación con nutricionistas y deportólogos, el contacto con diversos sectores de la sociedad civil, la estrecha vinculación con los exportadores del sector, la tarea incipiente de diversos sub-sectores de la alimentación que exportan para medir correctamente la huella de carbono y la huella hídrica de sus productos de exportación. Es decir, poder  brindar una visión de la muy compleja tarea de trabajar en las tres direcciones del Desarrollo Sostenible: la Social, la Ambiental y la Económica.

El mérito de este encuentro, en mi opinión, ha sido el de poder trasmitir con mucha claridad, y de manera amena, todo esto a una audiencia numerosa y atenta,  muestra de como en el último año la Empresa sobre todo, está tomando conciencia de su Responsabilidad en estos tres campos nunca fáciles de equilibrar.

Para no alargar excesivamente el comentario de hoy, parece interesante trazar el marco en el cual ha de desenvolverse este vital sector de las industrias de la alimentación en la Argentina, en función de su creciente responsabilidad de no sólo abastecer al mercado local y a parte del mundo, sino la tarea de nutrirlo con eficiencia creciente. Y para ello hemos tomado la parte del informe de la FAO de junio de 2013 que quizás mejor abarque en unos pocos párrafos los desafíos que nuestro campo y nuestra industria de la alimentación tienen por delante. De ello dependerá una parte muy importante de nuestro bienestar nacional en los próximos años. 

“El desarrollo económico y social conduce a la transformación gradual de la agricultura[2], de acuerdo con el reciente informe de la FAO, “caracterizada por una productividad cada vez mayor de la mano de obra, una disminución del porcentaje de la población que trabaja en la agricultura y una urbanización creciente. Nuevos modos de transporte, ocio, empleo y trabajo en el hogar hacen que la gente lleve estilos de vida más sedentarios y demande alimentos más convenientes. A través de sus iniciativas de investigación y comercialización, las empresas alimentarias no sólo responden a estas demandas, sino que también las conforman. La transformación del sistema alimentario comporta el desarrollo de plantas centralizadas de elaboración de alimentos y empresas a gran escala de venta al por mayor y de logística, la aparición de supermercados en el sector minorista y la generalización de restaurantes de comida rápida y vendedores de alimentos en la vía pública. La transformación afecta por lo tanto a todo el sistema al cambiar la forma en que los alimentos se producen, se cosechan, se almacenan, se comercializan, se elaboran, se distribuyen, se venden y se consumen.
“El comercio, la urbanización y las nuevas tecnologías también permiten realizar economías de escala en los mercados, con lo que se reducen los costos de transporte tanto a nivel nacional como mundial. Estos cambios, combinados con un aumento de los ingresos, amplían la diversidad de productos disponibles. Esta diversidad conduce a un mayor consumo de alimentos de origen animal, frutas y hortalizas, lo cual resulta positivo para la población expuesta a la inseguridad alimentaria, pero también a un mayor consumo de alimentos elaborados que contienen más grasas, azúcares y sal. Las nuevas pautas alimentarias, asociadas a un menor agotamiento calórico, aumentan el riesgo de sobrepeso y obesidad, sobre todo en la población urbana. Estos cambios en los precios, los ingresos, las compras y los hábitos de consumo se registran también en las zonas rurales, donde los productos envasados se comercializan a través de minoristas tradicionales.
“Estos cambios en las pautas de actividad y los modelos dietéticos en los países en desarrollo forman parte de una transición de la nutrición en la cual los países se enfrentan al nuevo desafío del aumento del sobrepeso y la obesidad y las enfermedades no transmisibles conexas y al mismo tiempo siguen estando afectados por los problemas de la desnutrición y las carencias de micronutrientes [vitaminas y minerales]. Esta transición se corresponde en gran medida con el aumento de los ingresos, la urbanización y la transformación estructural del sistema alimentario…”

No es poco lo que el agro y la industria de la alimentación han realizado en la Argentina en los últimos veinte años, pero la lectura de este extracto del informe de la FAO nos da una cierta idea de cuanto queda por hacer si queremos mantener nuestro lugar en el mundo. Es una tarea de tres grandes actores: el agro y la industria alimentaria, el gobierno nacional, provincial y municipal y la sociedad civil. 

Gradual transformation of the agricultural sector in Argentina

Towards corporate social responsibility in the Food Industry

On June 26 I attended the first meeting on Social Responsibility in the Food Sector, organised by COPAL (Food Industry Coordinating Organisation) and the Argentine Nutrition Society, held at the Universidad Católica Argentina in Buenos Aires. Apart from its excellent organisation and the merit of the presentations, this gathering started from the food industry firm present and looked into the future.

In order to succeed in their endeavour, the organisers had to combine, and convey to the audience -their key achievement- a series of elements converging into this strong bet on behalf of the food industry future development: production and territorial diversity, the path towards Corporate Social Responsibility, joint work with related Government bodies, cooperation with nutritionists and sport consultants, contact with various members of civil society, close contact with food exporters. In this respect it is also worth mentioning the joint work with government bodies and food exporters in order to measure said exporters product carbon footprints and also their respective water footprints. Thus they were able to give the audience a vision of how hard it is to work in those three avenues of Sustainable Development: Social, Environmental and Economic.

In my opinion, the key value of this meeting was being able to convey in a clear and enjoyable manner all of the above. To an audience that was both numerous and especially attentive, which reflects how during this last year awareness of  Corporate Social Responsibility has being growing among business circles in Argentina.

And the timing was also right, for the essence of what was presented at this gathering is in line with FAO’s report on the gradual transformation of the world agricultural sector, following FAO's Rome, June 15, 2013 meeting.




[1] COPAL: Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios.
[2]El estado mundial de la agricultura y la alimentación: Sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición”, FAO, junio de 2013, gentileza de la Cámara de Exportadores de la República Argentina.

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