viernes, 15 de julio de 2016

Mercosur - el traspaso de la presidencia pro-tempore aún sin una definición

How to explain to those who are not familiar with the ways of Mercosur, this question about not being able -or no actually wanting- to pass the pro-tempore presidency of the South American block over to Venezuela? The rule says the pro-tempore presidency is held for six calendar months by each of the Member Countries in turn, following the alphabetical order. However, this is a function of the Ministers Council, and their ruling requires concensus. And this time there is no concensus. 

There have been significant political changes in both Argentina and Brazil. In the former case through presidential elections, in Brazil through the impeachment process against President Dilma Rousseff. Brazil and Paraguay strongly oppose the presidency passing over to Venezuela; their argument being Venezuela is not actually respecting the "democratic clause" of Mercosur, established by the Ushuaia Protocol. Argentina is ambiguous, but appears rather inclined to support Paraguay's and Brazil's stance. Uruguay wishes to comply with the six month rule (they say nothing about the "democratic clause"). Uruguay is now at the pro-tempore helm. They have convened the Ministers Council for July 30th. An informal meeting held some days ago showed positions were indeed divergent. Stances appear to be becoming crystalized. Will all ministers attend the Council? And if they do, will concensus be reached? The world wonders.

Domingo 17 de julio a la mañana: Dos días después de haber escrito el comentario que sigue (en azul), la si with six monthtuación parece haberse cristalizado. Se ha citado una reunión del Consejo de Ministros (CMC) del Mercosur para fin de julio. Sin embargo siguen firmes las posiciones en contra del traspaso a Venezuela por parte del Paraguay y del Brasil. Un poco menos clara, pero uno no diría que a favor, es la posición Argentina. La firmeza del Uruguay en cuanto a hacer el traspaso, hoy luce no tan firme. Uruguay se ha alejado desde hace un tiempo de Caracas, pero en el seno del gobierno siguen existiendo simpatías por el gobierno de Maduro.
Salvo decir que políticamente esto está lejos de estar resuelto, hacer vaticinios sigue siendo azaroso.


(AFP)


Fotografía de una reunión del Mercosur

Al momento de escribir este comentario adicional, y con la información de que disponemos (que no incluye en este caso la que pueda tener carácter   "off the record") podemos decir que no se ha logrado el consenso. El Tratado de Asunción exige el consenso para las decisiones del bloque, y también lo hace el artículo 37 del Protocolo de Ouro Preto de 1994, protocolo clave firmado entre los Países Miembros fundadores poco antes del lanzamiento del Mercosur, que se concretó el 1° de enero de 1995, habiendo completado en tiempo y forma la nada fácil etapa de adecuación por parte de cada uno de los estados que lo componen. 

Aquí el texto original de dicho artículo:

"Artigo 37 As decisões dos órgãos do Mercosul serão tomadas por consenso e com a presença de todos os Estados Partes."

Nos parece que no requiere traducción al español. 

Salvo en la comentada reunión de Mendoza de 2012 (ver comentario inmediatamente anterior), y siempre que nuestra memoria nos sea fiel, no han habido tropiezos en lo referente al traspaso de la presidencia pro-tempore. Tampoco hubo entre los países del Mercosur una crisis de la magnitud y duración de la que sacude hoy a nuestros hermanos venezolanos. Crisis han habido, baste recordar la argentina de 2001-2002, o la actual del Brasil, o la que conmovió al Paraguay en 2012. La diferencia, podría uno pensar, está en la magnitud y sobretodo en la prolongación de la misma. A pesar de nuestras diferencias políticas, que debemos respetar en el seno de un bloque de naciones soberanas, quisiéramos ver canales de diálogo tendidos hacia nuestros hermanos caribeños. Esto no quiere decir que no puedan comprenderse las genuinas dudas respecto de la oportunidad de que justamente hoy pueda Venezuela  presidir que manera eficaz un bloque donde hay cambios políticos significativos, hay crisis locales y existe una enorme necesidad (crisis aparte) de ponerlo, más temprano que tarde, en condiciones de poder competir comercialmente en un mundo que ha  cambiando sustancialmente desde su creación en 1991. 

Como decíamos al cerrar el comentario inmediatamente anterior, este segundo trimestre será, cualquiera sea la decisión a que se arribe en Montevideo, un semestre políticamente agitado para nuestro Mercosur.


Mauricio López Dardaine

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