sábado, 27 de octubre de 2012

El Mercosur en tiempos de borrasca

 
 
El Mercosur en tiempos de borrasca
 
 
Mauricio López Dardaine
 
 
Imposible nos es -como empresarios que somos- escapar a los efectos de los embates internos y externos a que está sujeto el funcionamiento administrativo del Mercosur. Ello afecta la operativa del día a día, así como las acciones de mediano plazo que las empresas emprenden en su seno.
 
La crisis económico-financiera que ha desestabilizado al mundo tal cual lo conocíamos, no es ajena a lo que ocurre al interior de nuestros Países Miembros. Tampoco lo es el alejamiento temporario -obligado- del Paraguay, ni los complejos mecanismos a poner en marcha para la incorporación efectiva de Venezuela.
 
Desde su puesta en marcha en 1995 como un bloque con un Arancel Externo Común a los cuatro países fundadores, y a diferencia de emprendimientos más sofisticados, el Mercosr ha basado el funcionamiento de sus órganos técnicos y de decisión, no en funcionarios full-time, sino esencialmente en miembros de las administraciones de los distintos países que lo integran. Ello es muy valioso desde el punto de vista presupuestario y muy meritorio por el esfuerzo extra que estos funcionarios entregan a la causa común.
 
La otra cara de la moneda es que no queda así asegurado el conocimiento pleno de los distintos asuntos que se tratan en los comités técnicos, la Comisón de Comercio, el Grupo Mercado Común o el Consejo, este último el máximo órgano de decisión del bloque. En tiempos sin crisis, el sistema funciona aceptablemente bien; el hecho de que no todos los  Países Miembros incorporen de inmediato las normas aprobadas (obligatoriamente por consenso), en forma alguna le quita valor a la tarea de estos representantes part-time que trabajan a los distintos niveles.
 
Con una crisis como la que hoy vive el mundo, y nuestro Mercosur, este mecanismo deja al descubierto problemas de seguimiento, de respuesta a consultas internas entre los países integrantes, en fin, de toma de decisiones que hacen al comercio y las inversiones en la sub-región.
 
Y ello afecta directamente cuestiones que hacen a los empresarios, más que nada a aquellos emprendedores que hicieron sus planes y sus inversiones en base a un bloque sin fronteras arancelarias internas.
 
Es nuestra opinión que este estado de cosas habrá de complicarse aún más, antes que exista la oportunidad de poder re-encauzarlo dignamente.
 
 
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